25 octubre 2008

La forma del amor

Los humanos llegaban a este mundo y no pensaban en el amor; solo lo experimentaban.

Luego, un humano que llego antes que ellos, les hablaba del amor, y les decia que tenia cierta forma.

Al tener cierta forma, sus mentes obligadamente le asignaban cierto color.

Así, para unos humanos, el amor era circular y amarillo.

Para otros, era cúbico y azul.

Para muchos otros era tetraedrico, para otros dodecaedrico, para otros prisma hexagonal; azul, rojo, purpura u oliva.

Con el tiempo, incluso los colores cambiaban, y para algunos el amor era un romboide trapezoidal biselado con gradiente de verde a violeta y puntitos color aguamarina y borgoña.

Los humanos se maravillaban cuando encontraban a otro humano con la misma idea del amor.

Asi, se emocionaban y deseaban estar junto del que pensaba que el amor era una piramide triangular invertida con rayas negras y blancas, tal como ellos.

El problema es que las formas del amor cambiaban en sus mentes, y entonces se separaban cuando unos agregaban rayas naranjas y otros agregaban rayas indigo.

Unos sabios deseaban conocer la verdadera forma del amor, asi que dentro de su sabiduría, fueron a buscar a aquellos que llevaban toda su vida en contacto con el amor.

Llegaron y les preguntaron: "¿Que forma tiene el amor para ti? Es triangular, cuadrado, cilindrico o como una estrella? ¿Es del color del cielo o del color de la noche? Tiene pintitas?"

Aquellos que conocian el amor de toda su vida, se quedaron boquiabiertos... contestaban: "¿Forma? ¿Color? oh... El amor no es ovalado... el amor no es blanco... el amor no tiene texturas... el amor es... el amor es... ¡el amor ES!

Los sabios se quedaron asombrados... aquellos que estaban en contacto con el amor, ¡nunca le dieron forma! ¡Nunca cumplia ciertas condiciones! ¡Nunca cambiaba! Y lo mas importante, nunca aparecía, porque ¡nunca desaparecía!

Los sabios preguntaron: "Pero entonces ¿como hacen para reconocer a aquellos que sienten el amor igual que ustedes y para acercarse a ellos?"

Y aquellos que conocían el amor, les contestaron: "¡Oh! No necesitamos reconocerlos... ¡amamos a todos por igual! Y aquellos que se nos acercan, nos aman tal como somos".

Asombrados, los sabios fueron a divulgar sus nuevos conocimientos.

Pero nadie les creyó.

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